viernes, 13 de enero de 2012

6. Atrapados en Bangkok.

A la sombra de los enormes rascacielos se esconde una ciudad bulliciosa, cosmopolita, aparentemente caotica, repleta de centros comerciales y de callejuelas repletas de actividad.





Detras de la cortina de humo de los puestos callejeros aparecen comerciantes de todos los lugares, monjes con sus tunicas naranjas, turistas, familias y parejas europeo-tailandesas, jovenes cosmopolitas del siglo XXI buscando en su ipod la musica de moda y mendigos rogando una pequena ayuda para sobrevivir.




Todo esto con la musica de fondo de los bocinazos, motores renqueantes, la musica a todo volumen de los grandes y pequenos comercios asi como de la llamada incesante de los puestos de comida, convierten a Bangkok en una ciudad moderna, trepidante y repleta de contrastes.








Te cruzas por los pasillos y te quedas flasheado por los impresionantes ojazos de la oriental que tienes delante. Esto se desvanece cuando ves unos botecitos que venden a 5 euros y te das cuenta que son lentillas de diferentes disenios y colores.


"Las cosas de palacio van despacio". Ocho dias es lo que tardaron en la embajada India para darnos el visado hacia un nuevo pais y una nueva etapa del viaje. Ocho dias que al principio se hicieron eternos pero que al final, poco a poco, conforme ibamos descubriendo nuevos rincones, se hicieron mas que llevaderos.






Como Paco Martinez Soria en la gran ciudad, todos los dias, escapando de la masificacion de turistas de Khao San, cogiamos el autobus, o el gusano que, haciendo temblar el suelo, pasaba bajo nuestros pies o el gusano volador que pasaba sobre nuestras cabezas y nos sumergiamos en la vida diaria de Bangkok. 






 

 



 

Alucinabamos con los grandes rascacielos y los lujosos centros comerciales repletos de tailandeses de clase alta y de algun que otro famoso...


 Aqui acudiamos en busca de aire acondicionado para liberarnos de este sofocante calor.

 

 
 

No nos preocupamos de buscar las 12 uvas para empezar el nuevo anio. Pensamos sustituirlas por cerezas pero teniendo en cuenta que costaban 650 bath (15 euros) el kg, optamos por pasar directamente a la copa en uno de los modernos pubs repleto de tailandeses celebrando la nochevieja.








Pero lo mejor que tiene Bangkok son los reencuentros con nuevos amigos.



Con ese salero y desparpajo que tienen en el sur acompanamos a David y Raquel en sus ultimas y ajetreadas compras volviendo locos a todos los vendedores con su chachara y sus regateos. Una pareja de la que nos llevamos un gran recuerdo y a la que volveremos a ver en Malaga o en Irunea con una "garimba" bien fresca.


Otro reencuentro de la gran familia de Koh Tao fueron Javi y Esther, una pareja de levantinos que comenzaron a lo grande, 3 meses en India y sin saber el destino final...tal vez Filipinas, tal vez Madagascar!! Os deseamos lo mejor!!


2 comentarios:

  1. Como molan los coches rosas!!!! jajaja...

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  2. que estilete los cuatro de rojo!!! tenemos cosas repes en el blog! hemos vuelto a coger bicis en Myanmar, y como cansan!!! sois unos valientes!!
    Javi y Esther

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